Gestionar con éxito la incorporación de personas con discapacidad al equipo de trabajo

Mañana se incorpora a tu empresa un nuevo compañero de trabajo. ¿Qué pensarías si fuera una persona con discapacidad física? ¿Y si su discapacidad fuera intelectual o sensorial? ¿Te sientes preparado para contribuir a que se integre con éxito? La discapacidad no es más que otro tipo de diversidad. Y, como sabemos, la diversidad de personas en las empresas y la innovación van irremediablemente de la mano. Pero la gestión de esta diversidad no es un asunto que pueda resolverse de cualquier manera o improvisando sobre la marcha. Promover la inserción laboral sin convertir la discapacidad en el foco, pero cuidando todo lo necesario para su éxito, será el enfoque idóneo.

1. Análisis y adecuación del entorno

Cuando decidimos incorporar a nuestro equipo a una persona con discapacidad, se supone que consideramos que nuestra empresa va a estar preparada para recibirla. Pero por muy buenas que sean nuestras intenciones, juzgar las particularidades de una discapacidad y lo necesario para su gestión no es tan sencillo para los no expertos en el tema.

Adecuar el entorno empresarial a trabajadores con discapacidad implica valorar bastantes más factores que los puramente físicos. Algunos procesos informativos o logísticos, o determinados entornos o servicios pueden dejar fuera de juego personas con diversidades funcionales. Y es posible que ni siquiera estén en nuestro radar.

Cuando el departamento de recursos humanos de una empresa carece de expertos en formación específica sobre discapacidad, esta deberá contar con ayuda externa para adaptar los puestos de trabajo y las instalaciones en general en aquellos casos en que sea necesario, pues no siempre lo es. Ajustes en la iluminación, sonidos de advertencia en ascensores, escaleras y rampas, señales en letras grandes o teclados en Braille son algunos ejemplos de adaptaciones que pueden ser necesarias según el caso específico.

3. Formación y sensibilización del equipo

Como personas por lo general no expertas en discapacidad, los miembros de la plantilla precisarán orientación y asesoramiento para facilitar la integración laboral de su nuevo compañero con capacidades diferentes. Desde Alares ayudamos a las empresas a acometer esta tarea en dos vertientes. Por un lado, búsqueda y selección de personas con discapacidad, o capacidades diferentes. Por otro, sensibilización y formación a los trabajadores actuales de la empresa en discapacidad y empleo. Así, ayudamos a crear entornos inclusivos y accesibles. Debemos ocuparnos de que la experiencia sea muy positiva para ambos, el recién incorporado con capacidades diferentes y sus otros compañeros de trabajo.

En general, en los tratos con personas con discapacidad deberemos huir del paternalismo y de una protección excesiva. Su inserción se verá favorecida si el empleador ha estado bien asesorado a la hora de elegir el perfil conveniente para el puesto a cubrir. Y, por supuesto, si la actitud del equipo es positiva y lo más natural posible.

Por lo demás, saber que una empresa contribuye a que se cumpla el derecho constitucional de las personas con discapacidad a la integración social a través del trabajo es una fuente de orgullo de pertenencia para sus trabajadores, sobre todo si estos son conscientes de que la motivación es genuina, y no se trata meramente de “cubrir el expediente” para cumplir la ley. Por experiencia puedo decir que la empresa y la plantilla, en general, se sentirá muy orgullosa de contribuir a ello.

3. Responsabilidad y compromiso

Gestionar con éxito la inserción laboral de personas con discapacidad está ligado al compromiso empresarial. Las empresas son las que eligen a sus empleados y, como decíamos, no se trata de cumplir una cuota fijada por la ley o buscar condiciones de contratación ventajosas, sino de valorar lo que ofrece la inclusión de estos trabajadores desde un punto de vista profesional y humano. Las empresas deben, pues, esforzarse por fomentar un crecimiento inclusivo y responsable. Todos salimos ganando cuando lo hacen, aunque todavía no hay una conciencia suficiente.

Prueba de ello es que en 2018 solo estaban ocupadas 654.600 personas con discapacidad en edad de trabajar, de un total de 1.899.800, lo cual da una muestra del talento desaprovechado en este sector de la población y del sesgo negativo que pervive en la sociedad. A todas estas personas que quedan excluidas se les impide automáticamente continuar con su desarrollo profesional. Es un desperdicio escandaloso de potencial, que todos tenemos la responsabilidad de ayudar a paliar. Pero además es una pérdida absurda de oportunidad de mercado, pues son más de 4 millones de personas con discapacidad o dependencia que pueden recibir productos o servicios adaptados para ellos si contamos en la empresa con empleados capaces de entenderles y darles el producto o servicio que necesitan.

La experiencia de Alares

En Alares somos muy conscientes de este hecho, y por ello, además de destinar el 10% de nuestra facturación a la contratación directa de personas con discapacidad (hoy más del 49% de nuestra plantilla tienen algún tipo de discapacidad reconocida oficialmente, unas 240 personas), ya en 2009 constituimos nuestro Centro Especial de Empleo Alares Social, contribuyendo a la inclusión laboral y social de muchas personas con capacidades diferentes. Es una apuesta responsable que ponemos también al alcance de todos nuestros clientes, ayudándoles a ver cómo ellos también pueden hacerlo directamente o mediante la adquisición de nuestros servicios de asistencia a empleados, clientes de las empresas y familiares de estos, o nuestros servicios de Contact Center realizados con Personas con Discapacidad. Nuestra propia experiencia nos dice que, aunque aún quede mucho por recorrer, estamos avanzando en el buen camino pues somos un país enormemente solidario.

En Alares nos dedicamos desde 1999 al cuidado de las personas y sus familias, a aportarles los mejores servicios personales, cariño y atención, en cualquier rincón de la geografía española o portuguesa  con personal de nuestra propia plantilla, y trabajamos con las empresas para que puedan utilizarlos para atraer y fidelizar emocionalmente a sus clientes y a sus empleados con servicios necesarios, hoy más que nunca, en su vida diaria personal y familiar.

En mi libro autobiográfico ¡Quédate conmigo! 20 claves para enamorar a tus clientes… ¡y que se queden contigo! he querido compartir las experiencias vitales y profesionales de varias décadas que me han ayudado a definir las claves para atraer y fidelizar clientes y empleados con éxito. Hoy todos tenéis la oportunidad para ponerlo en práctica, nunca ha sido mejor momento. Un libro solidario que puedes adquirir en este enlace, e incluso regalar a tus empleados y clientes. Te lo dedicaré personalmente. Y si quieres escuchar el audiolibro narrado por mí mismo, lo tienes gratis en el mismo enlace.

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