El pasado fin de semana vivimos en España un acontecimiento extraordinario: la borrasca más potente de los últimos 50 años, que se dice pronto. Con una diferencia crucial respecto a medio siglo atrás: los medios de comunicación y los omnipresentes móviles nos han permitido contemplar en directo lo sucedido más allá de nuestro entorno más inmediato. Son imágenes y relatos de seres humanos respondiendo a un escenario natural inverosímil que no olvidaremos fácilmente. Aprovechemos para extraer lecciones aplicables a la vida y, por qué no, a las organizaciones empresariales.
La importancia de la planificación
Estos días, los cuerpos de seguridad y protección civil han tenido que enfrentarse, con urgencia y recursos limitados, a los efectos de la borrasca en la geografía nacional. Hemos visto a guardias civiles, pala en mano, despejando el terreno ante las ruedas de vehículos inmovilizados en la carretera. Ninguna ciudad estaba preparada para algo así.
En 2020 llegó a nuestra sociedad el cisne negro del Covid-19, y el primer susto de 2021 nos ha sorprendido apenas estrenado el nuevo calendario. Prepararse es sencillo cuando conocemos lo que va a suceder, pero, ¿cómo planificar para lo imprevisible?
En mi opinión, acertaremos si aprendemos a ganar en flexibilidad. A corregir rumbo con rapidez y contar con planes B (y C, y D…) a los que recurrir si se modifican las circunstancias más sólidas. ¿Qué sucede si no podemos seguir trabajando con ese proveedor? ¿Y si dejan de ser posibles los envíos por mar? ¿Si suben los precios de las materias primas? Y si la demanda excede nuestra capacidad de producción, ¿podemos externalizarla? ¿Cómo lo haríamos? Unas previsiones amplias y revisadas periódicamente minimizan el riesgo de que las sorpresas nos afecten negativamente.
Colaborar en equipo, lo fundamental
La borrasca nos ha mostrado iniciativas fantásticas que han cuajado de manera espontánea entre las personas afectadas. Vecinos que se han organizado para quitar nieve de las inmediaciones de sus hogares. Propietarios de todoterrenos que han formado grupos y se han coordinado en redes sociales para llevar a enfermos a urgencias. Equipos de sanitarios que han mantenido la operatividad de los hospitales doblando turnos, mientras algunos compañeros recorrían a pie las calles repletas de nieve para atender a los enfermos en sus domicilios.
Juntos somos más fuertes: la Unidad Militar de Emergencias nos los enseña con su disciplina castrense, gracias a la cual funcionan como un mecanismo bien engrasado. Los hemos visto ayudando a quitar nieve y a transportar personas, en medio de la borrasca. Con todo, en las emergencias que ponen en peligro a nuestros semejantes, hay algo más decisivo que la educación militar o que una recompensa monetaria para cualquier persona digna de ese nombre. Es la satisfacción por la ayuda prestada, que siempre será mayor cuando lo hagamos formando parte de un equipo, como seres sociales que somos.
Esto es crucial, a nivel corporativo, y no solo para los empleados. Los líderes empresariales tal vez habrían de recordar la importancia de trabajar en equipo. En ocasiones, su empeño por alcanzar la excelencia les ofusca y no advierten que avanzarían mejor delegando algún aspecto de la tarea. Conozcamos a la perfección, por tanto, las habilidades y la motivación de aquellos con quienes trabajamos, y recordemos que no estamos solos en la persecución de los objetivos de la empresa.
Celebrar el éxito…
Al finalizar un proyecto o cuando alcancemos un hito esencial en el mismo, no menospreciemos la oportunidad de celebrarlo. Cuando unos vecinos se ponen de acuerdo para trabajar juntos y consiguen dejar su calle limpia de nieve, no pueden despedirse sin más: como mínimo, lo suyo es conversar un rato, ya tranquilos, y alegrarse por el resultado obtenido con el esfuerzo de todos.
En una colectividad, tan importante como funcionar con respeto y equilibrio, es celebrar de algún modo lo conseguido en común para nutrir las emociones positivas entre las personas. Y esto, por supuesto, es cierto también en el ámbito corporativo, en el que las celebraciones de los objetivos cumplidos mediante un esfuerzo común servirán para estrechar los lazos entre los miembros del equipo.
…y aprender lecciones
Y aún nos queda un último objetivo, al margen de las celebraciones, una vez superado un episodio de urgencia: extraer las lecciones correspondientes, y asegurarnos de no olvidarlas. En este caso, Filomena nos ha enseñado, una vez más, que lo que más apreciamos es la solidaridad, saber que contamos con personas que cuidan de nosotros, y sentir que nosotros también podemos cuidar de los que nos rodean.
Estos días, el equipo de Alares ha podido sentir esta satisfacción, al poner al alcance de nuestros clientes servicios de asistencia telefónica o informática remota. Resolviendo sus dudas sobre las restricciones de movilidad, ayudándoles a realizar compras online y localizar establecimientos abiertos. Ofreciendo recomendaciones para mantener caliente su hogar y respondiendo sus consultas médicas y psicológicas, entre otras. Y, por supuesto, acompañándoles desde el teléfono anónimo y gratuito (900 877 037) del programa Ilumina una vida. Nos reconforta saber que incluso a varios grados bajo cero seguimos avivando ese calor humano que está en el núcleo de nuestro ADN.
En Alares nos dedicamos desde 1999 al cuidado de las personas y sus familias, a aportarles los mejores servicios personales, cariño y atención, en cualquier rincón de la geografía española o portuguesa con personal de nuestra propia plantilla, y trabajamos con las empresas para que puedan utilizarlos para atraer y fidelizar emocionalmente a sus clientes y a sus empleados con servicios necesarios, hoy más que nunca, en su vida diaria personal y familiar.
En mi libro autobiográfico ¡Quédate conmigo! 20 claves para enamorar a tus clientes… ¡y que se queden contigo! he querido compartir las experiencias vitales y profesionales de varias décadas que me han ayudado a definir las claves para atraer y fidelizar clientes y empleados con éxito. Hoy todos tenéis la oportunidad para ponerlo en práctica, nunca ha sido mejor momento. Un libro solidario que puedes adquirir en este enlace, e incluso regalar a tus empleados y clientes. Te lo dedicaré personalmente. Y si quieres escuchar el audiolibro narrado por mí mismo, lo tienes gratis en el mismo enlace.