El acceso a los Servicios a las Personas y Familias puede significar en la Conciliación de la Vida Personal- Laboral y Familiar y en el bienestar de muchas personas y familias, un papel más que importante.
Esta es una máxima que siempre he defendido, y que tuve el placer de compartir, en calidad de Presidente de AESP, en la reunión de expertos que organizaba The Family Watch, en la sede del Ministerio de Sanidad, Asunto Sociales e Igualdad, el pasado lunes.
En este encuentro, que se realiza en el marco del XXV Aniversario de la Convención de los Derechos del Niño, desde el enfoque de dar mayor importancia al cuidado de las personas en el ámbito del hogar y en especial al cuidado de los niños, compartí mi punto de vista sobre la necesidad de unos Servicios de Atención a la Persona de calidad.
Recurrir a estos Servicios para hacer frente al día a día, como es el cuidado de hijos, el apoyo escolar, el cuidado del hogar, cuidado de enfermos y personas mayores, es clave. Son unos servicios que la sociedad requiere de manera creciente y que ayudan a la mejora de su calidad de vida y a la conciliación efectiva laboral y familiar.
Por tanto, es necesario que estos sean accesibles y asequibles para la mayoría de la población, así como favorecer una oferta de servicios de calidad capaces de atender estas necesidades de las personas y familias sin importar sus recursos o el lugar donde se encuentren.
Mi principal defensa, y que así expuse en mi intervención, es impulsar el sector de aquellos empleos relacionados con el hogar y cuidados a las personas a través de incentivos fiscales en la contratación de estos servicios para que, igualmente, aflore una gran parte de la economía sumergida en este sector.
Es vital confiar en las empresas de servicios que prestan una gran labor, contribuyendo a la profesionalización de un sector y a emerger la economía sumergida.
La necesidad de una regulación adecuada
De darse una regulación adecuada se beneficiaría considerablemente a que aflore una gran parte de la economía sumergida que existe en este tipo de servicios; evocando el éxito del modelo francés establecido con el Plan Borloo gracias al cual se crearon 500.000 puestos de trabajo en 3 años aumentando en un 16,73% entre 2005 y 2007, llegando actualmente a unos 2 millones de empleos, mejorando la lucha contra el empleo sumergido, permitiendo aportar ayuda a las personas mayores y con discapacidad y favoreciendo la creación y desarrollo de un sector empresarial generador de empleo.