Liderar con éxito equipos de trabajo remotos

Cada vez es más evidente que el futuro del trabajo será, en muchos casos, híbrido, y en algunos sectores y profesiones la balanza tal vez se incline más hacia el modelo remoto. La experiencia durante la pandemia ha demostrado que, con las herramientas y recursos necesarios, los niveles de productividad de las personas que teletrabajan no solo no descienden, sino que incluso se incrementan, al igual que lo hace su satisfacción y bienestar general. Los líderes del futuro deberán, pues, ser capaces de comunicar, inspirar y facilitar el trabajo de las personas que integren equipos de trabajo remotos. Me gustaría centrarme en tres aspectos clave que, en mi opinión, definirán el éxito en esta labor.

1. Comunicación efectiva (y afectiva)

La comunicación es un aspecto clave para el funcionamiento eficaz de cualquier organización, independientemente del lugar donde se desarrolle el trabajo de sus integrantes. En un entorno de trabajo físico, muchas veces se suplen las carencias de flujos de comunicación ineficaces mediante charlas informales. O incluso por el mero hecho de estar casualmente presente mientras se comparte determinada información.

Cuando se lideran equipos de trabajo remotos, debe partirse de la base de que estos flujos de información informales no van a existir. En este sentido, trabajamos “sin red”. Por ello debemos ser especialmente cuidadosos a la hora de comunicar todos los detalles necesarios, a través de los canales que definamos para cada proyecto.

Y, por supuesto, no podemos olvidar que trabajamos con personas, con sentimientos, emociones y circunstancias únicas, pero con algo muy importante en común: todos queremos que se nos escuche, se nos comprenda, se nos tenga en cuenta y se nos valore. La comunicación no solo debe ser efectiva, sino también afectiva. Escucha activa, empatía, asertividad, honestidad… Ninguno de estos conceptos puede sernos ajeno.

2. Equipos definidos, con propósito y en sintonía

A la hora de poner en marcha un equipo de trabajo híbrido o remoto, lo más importante es definir con absoluta claridad qué tareas se espera que lleve a cabo y, sobre todo, cuál es su propósito. Si hemos entendido bien el valor de la diversidad en la empresa, nuestros equipos estarán formados por personas con perspectivas y experiencias únicas. Una parte clave de nuestro trabajo será facilitar que desempeñen su labor con un propósito y una visión claros y compartidos.

Es importante saber transmitir con claridad a cada miembro del equipo por qué ha sido elegido y qué contribución se espera de él. ¿Qué valor único aportará al resto? ¿Qué experiencia previa, competencia o habilidad lo convierte en la persona idónea para desempeñar este rol? ¿Quiénes son sus compañeros, y qué tareas desempeñarán a su vez? El hecho de que los miembros de un equipo se encuentren geográficamente dispersos no debe ser un obstáculo para lograr que trabajen en completa sintonía.

Y para lograr que esta sintonía se traduzca en objetivos cumplidos, es importante definir desde el principio los procedimientos a seguir para compartir información de manera efectiva, ofrecer y recibir feedback, tomar decisiones y resolver de manera ágil los posibles malentendidos o imprevistos que puedan surgir. Establecer estos procedimientos desde el punto de partida no está reñido con la flexibilidad para adaptarlos si se requiere. Un buen líder de equipos de trabajo híbridos debe estar preparado para “recalcular la ruta” si es preciso, sin perder de vista que el foco ha de estar en los resultados.

3. Más recursos y menos obstáculos

Para desempeñar su labor de manera eficaz y satisfactoria, un trabajador necesitará tener a su disposición los recursos necesarios. Equipos informáticos actualizados, licencias de software, acceso a recursos compartidos, herramientas de comunicación adecuadas… Por supuesto, todo ello es básico y común a cualquier entorno de trabajo. Pero me gustaría mencionar otro tipo de recursos, igual de vitales. Los considero especialmente importantes en el contexto del liderazgo de equipos de trabajo híbridos o remotos.

La brecha digital se manifestó de manera inequívoca durante los primeros meses de adopción acelerada de trabajo remoto a raíz de la pandemia de COVID-19. La formación continua, sobre todo en el ámbito de la tecnología de la información, es hoy más que nunca un recurso clave para que los trabajadores puedan continuar desarrollando su carrera dentro de la organización. Esta inversión en actualización y adquisición de competencias digitales es, además, muy apreciada por los empleados, que perciben el interés de la empresa por cultivar y desarrollar su talento.

Y cuando hablo de eliminar obstáculos me refiero, ni más ni menos, que a aquello que debería estar en el centro de todas las decisiones estratégicas de la empresa: pensar, sobre todo y en primer lugar, en las personas. Un líder de equipos de trabajo remotos debe ser consciente de la problemática individual a la que cada persona se enfrenta, y buscar maneras para hacerla más ligera. Despejar de obstáculos el camino hacia el bienestar laboral se traduce, invariablemente, en productividad y, a la larga, en fidelización del talento.

Cuidar a las personas no está ligado a un tiempo ni a un lugar

Facilitar una mayor flexibilidad horaria, respetar el derecho a la desconexión digital, ofrecer apoyo y asesoramiento profesional o poner a disposición de los empleados medidas concretas que faciliten la conciliación de su vida personal y laboral. Todas ellas son maneras de demostrar, sin lugar a dudas, que el bienestar del trabajador y de aquellos que le importan es nuestra prioridad. Del mismo modo que el valor del trabajo no está ligado a un tiempo ni a un lugar específicos, el cuidado y la atención a las personas tampoco debería estarlo. El futuro del trabajo puede ser diferente a lo que hasta ahora conocíamos, pero lo que de verdad importa no ha cambiado. Si lo tenemos en cuenta estaremos en el buen camino para ejercer un liderazgo óptimo, estén donde estén las personas con las que trabajamos.

En Alares nos dedicamos desde 1999 al cuidado de las personas y sus familias, a aportarles los mejores servicios personales, cariño y atención, en cualquier rincón de la geografía española o portuguesa  con personal de nuestra propia plantilla, y trabajamos con las empresas para que puedan utilizarlos para atraer y fidelizar emocionalmente a sus clientes y a sus empleados con servicios necesarios, hoy más que nunca, en su vida diaria personal y familiar.

En mi libro autobiográfico ¡Quédate conmigo! 20 claves para enamorar a tus clientes… ¡y que se queden contigo! he querido compartir las experiencias vitales y profesionales de varias décadas que me han ayudado a definir las claves para atraer y fidelizar clientes y empleados con éxito. Hoy todos tenéis la oportunidad para ponerlo en práctica, nunca ha sido mejor momento. Un libro solidario que puedes adquirir en este enlace, e incluso regalar a tus empleados y clientes. Te lo dedicaré personalmente. Y si quieres escuchar el audiolibro narrado por mí mismo, lo tienes gratis en el mismo enlace.

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