Los trabajadores son el corazón de una empresa, su público interno más importante. Sin trabajadores verdaderamente implicados y comprometidos con la empresa en la que desarrollan su labor, esta jamás podrá competir en el mercado y tener éxito a largo plazo. Hoy, los profesionales no buscan tan solo un empleo con una buena compensación económica. Otros factores, más allá del económico, deciden su grado de compromiso y, a la larga, su permanencia o no en una organización. En 2022, cuidar la experiencia del empleado será vital para fidelizar el talento que una empresa necesita para triunfar. ¿Cuáles son los aspectos clave para la mejora de esta experiencia?
El lugar de trabajo del futuro no es una oficina
Cuando pensamos en el futuro del trabajo, tendemos a considerar dos polos opuestos. O bien volvemos a la manera en que funcionábamos en 2019 y nos olvidamos de todo lo vivido desde entonces, o bien continuamos por la trayectoria iniciada en 2020 y jamás volvemos a vernos más allá de una pantalla. Como casi siempre, los escenarios extremos tienen poco que ver con la realidad.
Los profesionales que han teletrabajado durante los dos últimos años han descubierto que pueden ser igual de productivos (o más) y al mismo tiempo mejorar su calidad de vida y sus posibilidades de conciliación. Estos trabajadores no se plantean una vuelta a la rutina pre-pandemia, que no consideran justificada. Junto a ellos, los nuevos profesionales de la Generación Z que comienzan a incorporarse de pleno al mercado de trabajo demandan flexibilidad, sí. Pero también oportunidades para establecer vínculos y ser visibles en el entorno laboral.
El lugar de trabajo del futuro, por tanto, no será la oficina que conocíamos. No acudiremos a él cotidianamente en un horario fijo para realizar tareas que podemos llevar a cabo en lugares y tiempos más convenientes. Será un punto de encuentro, más similar a un espacio de celebración de eventos que a una oficina. Hará posible la colaboración, la transmisión de conocimiento, el trabajo creativo y la consolidación de la cultura de la empresa. La adecuada configuración y gestión de este nuevo espacio de trabajo será vital para mejorar la experiencia del empleado. Se convertirá por tanto en un gran punto a favor en la atracción y fidelización de talento.
Diversidad, igualdad e inclusión reales
Si algo hemos aprendido en estos dos últimos años es que las buenas intenciones, las buenas palabras, se quedan muy cortas si no van acompañadas de hechos. Creo que todos somos cada vez más conscientes de las desigualdades existentes. Del abanico de cuestiones en las que es urgente tomar acción si queremos vivir en una sociedad justa e igualitaria.
Seremos, pues, muy sensibles a cómo los distintos actores en nuestro entorno actúen al respecto. Como profesionales querremos tener muy claro no solo cuál es la postura de la organización de la que formamos parte, sino qué iniciativas concretas lleva a cabo para que esta no se quede meramente en una declaración de intenciones. Se requerirá transparencia y una comunicación adecuada de las acciones y sus resultados.
Promover la diversidad, la igualdad y la inclusión precisa, por supuesto, de una estrategia meditada, una dedicación seria y una consistencia en el tiempo. Contar con planes de igualdad, diversidad e inclusión es una manera altamente eficaz de mejorar la experiencia del empleado, atraer y fidelizar talento y continuar avanzando hacia la excelencia.
Bienestar y conciliación, el punto de partida
Hace unos días escuchaba a una profesora de primaria contar cómo varios alumnos de su colegio habían acudido a clase con posibles síntomas de COVID-19. Los pequeños negaban una y otra vez su malestar porque sus padres no podían permitirse faltar a su trabajo para ocuparse de ellos. Me parece descorazonador que el colegio sea la única medida de conciliación para un gran número de familias, que se ven obligadas a descargar la labor de cuidados en profesionales a quienes no corresponde, y a poner a sus hijos en esta tesitura tan triste.
De poco sirve ponerse creativos y ofrecer a los empleados incentivos “a la última moda” si no les estamos apoyando antes en lo más básico y necesario: garantizando su bienestar y el de los suyos. La experiencia de un empleado nunca podrá ser positiva si para mantener su puesto de trabajo ha de recurrir a enviar al colegio a su hijo enfermo. Es así de sencillo, y aquí no sirven las medias tintas.
Las organizaciones que quieran apostar por atraer y fidelizar el talento que necesitan para ser competitivas pondrán su foco en cuidar el bienestar de sus empleados. En implementar medidas de conciliación reales, concretas y efectivas. Ningún otro aspecto tendrá más peso en la experiencia del empleado que el grado en que una compañía se implica en mejorar su bienestar y ayudarle a cuidar de sus seres queridos cuando estos lo necesitan.
Un año para seguir reimaginando el futuro
Durante el año 2022 las organizaciones continuarán reimaginándose, adaptándose y anticipándose a la nueva realidad. Para ello necesitarán contar con el mejor talento, que terminará ubicándose allí donde su experiencia sea más satisfactoria. Las empresas que sitúen a la persona en el centro, ofrezcan flexibilidad y conexión, fomenten la diversidad de talento y muestren eficacia y afecto en el cuidado de sus públicos se habrán situado en una posición privilegiada para prosperar en un mercado cada vez más competitivo.
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No es solo una profesora de primaria la que se encuentra esa situación. Todas las profesoras de infantil, primaria e incluso secundaria de este país han vivido esa situación en mas de una ocasión.
Tener alumnos enfermos en clase porque no pueden quedarse solos en casa porque sus padres trabajan. Es una realidad cotidiana en nuestro sitema.