Cultura empresarial y trabajo remoto: construir, mantener y reforzar

La cultura empresarial es organismo vivo, que se desarrolla de manera natural con o sin la intervención consciente de los líderes de una empresa. Al no realizarse el trabajo en un espacio físico común se eliminan las rutinas y las interacciones que servían para mantenerla y afianzarla. Pero eso no significa que la cultura deba diluirse o deteriorarse. Al contrario, la introducción del trabajo remoto en una organización representa una gran oportunidad para analizar, redefinir y fortalecer su cultura.

Analizar, destilar, traducir

A las empresas que hasta hace poco desarrollaban su actividad en entornos presenciales puede convenirles detenerse a analizar y valorar. ¿Qué elementos de su cultura empresarial les interesa mantener o reforzar. ¿En qué escenarios, y a través de qué actividades se manifestaban cuando trabajábamos juntos en una oficina? Pronto nos daremos cuenta de que lo importante no son los objetos o los lugares, sino los valores que se promueven, las relaciones que se establecen, las emociones que se sienten.

Si somos capaces de definir esta esencia podremos encontrar nuevas herramientas y procesos adaptados al trabajo remoto que nos sirvan para mantenerla y afianzarla. Con esto quiero decir que la creatividad que surgía y se retroalimentaba en torno a la mesa del café no está subordinada ni a la mesa ni al café. Para seguir transmitiendo la seguridad que representaba la puerta siempre abierta del despacho de un responsable de equipo no hacen falta puertas, ni despachos. Lleguemos a la esencia y busquemos nuevas formas de reforzarla.

La misma confianza en un nuevo entorno

Antes de que la pandemia nos empujara hacia la adopción masiva y acelerada del teletrabajo, muchas empresas se resistían a su implantación por diferentes motivos. Uno de ellos era la creencia de que la productividad de un empleado depende fundamentalmente del grado de supervisión directa al que esté sometido. (Aunque la pregunta lógica aquí sería: ¿por qué alguien querría mantener en su equipo a personas en cuya profesionalidad no confía plenamente?).

Pero la experiencia del último año nos ha demostrado que, si se proporcionan herramientas y recursos adecuados, la productividad de las personas que teletrabajan se mantiene o incluso se incrementa, al igual que su bienestar general. Y uno de los factores clave para lograrlo es transmitir confianza en su profesionalidad.

Así, no caer en la tentación del micromanagement es vital para que la cultura no se resienta por una percibida falta de confianza. Facilitar la comunicación entre los miembros del equipo para que cuenten siempre con información actualizada sobre el avance de los proyectos es la alternativa saludable. Las herramientas de gestión de proyectos son grandes aliadas, siempre que se proporcione la formación necesaria para su uso eficaz.

Transparencia y comunicación

Una comunicación impecablemente transparente es fundamental para mantener y reforzar la cultura de una empresa que trabaja parcial o totalmente en remoto. Durante la pandemia hemos comprobado hasta qué punto los trabajadores aprecian que se les mantenga puntualmente informados sobre cómo las circunstancias pueden afectar a la organización. Sobre todo en tiempos de incertidumbre, el silencio o una comunicación insuficiente o ambigua pueden hacer mella en una cultura empresarial hasta destruirla por completo.

Pero no solo se trata de comunicar eficazmente en momentos críticos. La comunicación debe fluir sin obstáculos en todos los escenarios. Un cambio en los procesos, una novedad logística, una incorporación al equipo… Debemos ser conscientes y deliberados en la comunicación, usar los canales que mejor funcionen y estar dispuestos a “pecar” antes por exceso que por defecto.

Y, aunque las reuniones son una parte importante de esta comunicación, no deberíamos depender exclusivamente de ellas. Contar con un registro escrito de lo tratado al que poder referirse más adelante, y al que puedan acceder las personas que lo necesiten, cuando lo necesiten, es un gran apoyo a esta comunicación al hacerla más accesible.

Flexibilidad y conciliación

Un elemento vital de la cultura de cualquier empresa debería ser la conciliación de la vida laboral y personal de todos sus integrantes. Esto no cambia dependiendo del lugar en el que se desarrolle el trabajo, pero el hecho de que este se realice en remoto puede introducir tanto retos como oportunidades para una conciliación efectiva.

Desafortunadamente, en España ha estado siempre muy arraigada la cultura del presentismo laboral. El trabajo en remoto puede representar una dificultad añadida, ya que se corre el riesgo de difuminar la línea entre tiempo dedicado al trabajo y al resto de actividades, así como a sufrir situaciones de estrés derivado de la hiperconectividad digital. Por ello, es importante contar con directrices claras sobre este tema y comunicarlas de manera inequívoca a todos los miembros de la organización. El compromiso de un trabajador nunca debería medirse en horas pasadas frente a una pantalla.

Al fin y al cabo, el tiempo es lo más valioso que tenemos, y una empresa que reconozca este hecho y tome medidas para que sus integrantes puedan disponer de él de la manera más conveniente en cada momento estará fomentando una cultura empresarial de compromiso y cuidado. Algo tan sencillo como no convocar reuniones a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde puede facilitar en gran medida la conciliación de la vida laboral y familiar. Contar con un servicio de asistencia personal que facilite gestiones o trámites, o preste apoyo en los cuidados cuando sea necesario es un paso más en este sentido.

Cultura empresarial en un futuro híbrido

En conclusión, la cultura empresarial, como sabemos, es un aspecto fundamental en la percepción que de una compañía tienen sus clientes y sus empleados, y un factor clave para su éxito a largo plazo. Va a determinar no solo la manera en que los trabajadores se sienten parte de la empresa y orgullosos de pertenecer a ella, sino cómo esta se define en el mercado y se diferencia ante su competencia. Para habitar modelo híbrido como el que avistamos en nuestro futuro, en el que el trabajo remoto va a ser una parte importante del escenario, conviene encontrar la manera de seguir reforzando esta cultura y tener claro que el trabajo es lo que hacemos, no el lugar donde estamos.

En Alares nos dedicamos desde 1999 al cuidado de las personas y sus familias, a aportarles los mejores servicios personales, cariño y atención, en cualquier rincón de la geografía española o portuguesa  con personal de nuestra propia plantilla, y trabajamos con las empresas para que puedan utilizarlos para atraer y fidelizar emocionalmente a sus clientes y a sus empleados con servicios necesarios, hoy más que nunca, en su vida diaria personal y familiar.

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