GRACIAS Y FELICIDADES: mi discurso de clausura en los Premios Vivofácil 2025

Ayer cerré con emoción la entrega de los Premios Vivofácil 2025, un acto donde rendimos homenaje a quienes han apostado por la conciliación, la inclusión y el bienestar en sus entornos laborales. Fue un honor presidir la ceremonia, entregar personalmente los galardones y compartir un mensaje de gratitud, reconocimiento e ilusión hacia un futuro empresarial más humano. Hoy lo comparto aquí, en mi blog, para que tú también puedas sentir el pulso de ese momento y sumarte al compromiso.

Elijo estas dos palabras, GRACIAS, FELICIDADES, para concluir este acto de celebración de los Premios Vivofácil 2025. 

GRACIAS en primer lugar a sus Majestades los Reyes de España por asumir la presidencia de honor de estos premios. 
 
GRACIAS a todas las personas de la Fundación Vivofacil, de nuestro Centro Especial de Empleo y de la empresa Vivofacil, por haber dedicado tanto tiempo y cariño a la organización de este evento, y muy especialmente a Mar Aguilera, directora general de la Fundación, a los miembros del Patronato que nos acompañan y al presidente de la Fundación, Cipri Quintas. 

Gracias a Dani Lacamara, por llevar este acto con tanta maestría, donando su tiempo a la causa que nos ocupa. A Enrique, por regalarnos esa canción y ese baile maravilloso, y a su madre, Gloria, por permitirnos disfrutar del arte de su hijo. A Luis Boyano por regalarnos su magia maravillosa. 
 
Gracias a todas las empresas, profesionales y organizaciones galardonadas, porque sois ejemplo, motor de cambio, guía y referentes en: 

  • Una forma de hacer empresa mejorando vuestro propio entorno e impactando en todos nosotros y en nuestro país. 
  • Gracias, porque habéis entendido que para prosperar, para crecer, para salir adelante en una empresa, para hacer que los números cuadren, para pagar nóminas, invertir en tecnología, contratar, vender, ganar cuota de mercado, es imprescindible que los que estamos dentro de la empresa nos sintamos bien. Los galardonados sabéis que, bienestar de las personas y competitividad empresarial, son dos conceptos inseparables en el actual mundo de los negocios, en nuestros tiempos.  
  • Gracias porque estáis marcando la diferencia en el mercado, porque habéis construido empresas y organización ganadoras, con personalidad, con consistencia. No es buenismo, es inteligencia empresarial, capacidad de adaptación, visión a largo plazo,… competitividad en definitiva.  
  • Gracias porque estais demostrado que vuestra forma de hacer empresa es valiente, acertada, la inteligente, la única posible en este presente y en el futuro. 
  • Vuestro estilo, la forma en la que estáis gestionando vuestros equipos, vuestros clientes y vuestra gente, es rentable desde todos los puntos de vista.  

Y LO DIGO TAMBIÉN POR MI PROPIA EXPERIENCIA, por la lección que he ido aprendiendo a lo largo de mi vida. Hace ya más de cuatro décadas que salí de mi pueblo, Vega de Tera, y me vine a Madrid a estudiar Ciencias Económicas y Empresariales. Al poco de terminar, monté mi primera empresa. Me he pasado la vida entera emprendiendo, gestionando empresas y trabajando, con aciertos y desaciertos, y en este camino en el que he tenido la oportunidad de observar y conocer organizaciones y empresas de muchos sectores, tamaños y actividades distintas, he llegado siempre a la misma conclusión:   

A mayor bienestar y cuidado de los equipos, mayor empresa y mejores resultados.   

De esta experiencia propia, y de la observación de muchas empresas a las que hemos ayudado, nació hace ya 26 años Vivofácil, con esta verdad: El bienestar de las personas, genera prosperidad, y lo estamos comprobando con datos. Los planes de acompañamiento y apoyo a las personas y sus familias, cuando se implementan bien, inciden directamente en la cuenta de resultados de la compañía o de la institución: reducen los niveles de absentismo, mejoran el sentimiento de pertenencia y consiguen multiplicar los resultados económicos.  

Tiene su lógica. Y de esto va la Economía, de lógica. 

¿Qué es una empresa sino un conjunto de personas que reman en una misma dirección? ¿Es posible hacer empresa sin personas, sin clientes, sin colaboradores? La pregunta es tan obvia como la respuesta: No es posible. Entonces, ¿no es de inteligentes Impulsar la fuerza principal de esas organizaciones? Vosotras, empresas y entidades galardonadas, habéis demostrado que sí, que es el único camino: Vuestras acciones y estrategias de bienestar, atención y acompañamiento de las personas, son el motor de vuestra competitividad, el impulso de la cuenta de resultados, la suma definitiva, lo que garantiza el beneficio humano, social y económico.  

Todos sabemos que una empresa necesita balances positivos. 

Hemos evolucionado. Lo estamos consiguiendo. Nos estamos adaptando a una forma de gestión diferente a la de hace solo unos pocos años. Porque hoy necesitamos impulsar aún más el talento y nuestras fortalezas. Las nuevas generaciones sienten, piensan y buscan una vida y un trabajo en el que el binomio bienestar y economía se den la mano.  

 Vosotros, galardonados, galardonadas, sois la modernidad, señaláis un camino sin retorno hacia el éxito empresarial, un camino donde las personas cuentan de verdad, porque son las personas las que dan sentido a todo, las que compran, las que venden, las que piensan, las que deciden, las que usan la inteligencia artificial y emocional, las que hacen empresa, las que influyen en otros sobre nuestros productos y nuestra empresa. 

Estos premios sirven para poner en valor a las empresas, pues son las empresas el motor principal de cambio en una sociedad. Tenemos una enorme responsabilidad por delante. Sabemos, y lo estamos comprobando cada día, que las empresas que más avanzan, que más crecen, que son más modernas, que son más competitivas, son aquellas que cuentan con planes o programas de bienestar alineados a la estrategia de negocio. Son las que lógicamente atraen el talento, lo conservan y lo promocionan, porque han entendido lo obvio:  

Sin bienestar de los equipos es imposible crecer. 

HOY TENEMOS UN GRAN RETO POR DELANTE: Aumentar la competitividad, fortalecernos, reducir los niveles de absentismo en España, pelear y luchar, como siempre, y seguir trabajando duro. Y para ello necesitamos contar con el mejor talento y EMBORRACHARLES de nuestro proyecto. 

Vivimos un contexto económico y social ciertamente difícil. ¿Pero, alguna vez ha sido fácil? Nunca ha sido fácil.  

Hoy hay cansancio, exceso de pantallas, cierta desilusión, niveles de depresión muy altos, absentismo escandaloso…pero los que estamos al frente de las organizaciones tenemos la obligación de escuchar, entender, adaptarnos y encontrar caminos. Las empresas que hoy están aquí lo han entendido, se han anticipado, están actuando. Por eso las reconocemos, las ponemos en valor, las aplaudimos, las damos las gracias. 

MI PRIMERA PALABRA ERA “GRACIAS”, Y MI SEGUNDA PALABRA ES “FELICIDADES” 

Felicidades a los que estáis aquí presentes, por compartir estos galardones, por aplaudir las buenas prácticas, por llenar la sala de ilusión, por difundir esta lección de vida:  

Tengamos empatía y sensibilidad con las personas que conforman nuestras empresas. Facilitemos su vida. Esta es  la herramienta más potente de competitividad para empresas e instituciones de cualquier tamaño y sector. 

Desde La Fundación Vivofácil y desde la empresa que presido, Vivofácil, con todo mi equipo al frente, nos hemos comprometido a impulsar este gran cambio económico y social del país. Nuestro lema es “ facilitamos tu vida.  

Sabemos que la vida es más fácil cuando tenemos a nuestro alcance comprensión y servicios reales que nos ayuden, siempre muy a la medida de la diversidad de personas que compongan nuestros equipos.   

Estamos promoviendo planes de bienestar y competitividad que inciden directamente en vida de las personas y en la cuenta de resultados de pequeñas y grandes empresas. Estamos logrando ser motor de prosperidad y de oportunidades. 

Es posible conseguirlo. Es el momento del cambio, de tomar acción, del impulso, de la ilusión. 

Contamos con vosotros, con el ejemplo de estos profesionales, empresas y organizaciones galardonadas, que nos muestran un camino seguro tanto hacia el éxito empresarial como hacia el éxito individual: 

Se llama bienestar personal, competitividad, propósito de vida.  

Las empresas tenemos la responsabilidad y el privilegio de poder hacer que este mundo sea un poquito mejor.  

¡Vamos a por ello! ¡Adelante! ¡Felicidades!. Gracias. 

Transformación digital para pymes con impacto: lo que aprendí en mi camino empresarial 

Cuando fundé mi primera empresa, Alta Gestión, allá por 1985, lo digital ni siquiera era una opción. Nos comunicábamos por fax y las bases de datos se archivaban en carpetas físicas. Desde entonces, he tenido la oportunidad de vivir —y liderar— varias transformaciones tecnológicas. Hoy, al frente de Vivofácil y de las fundaciones Vivofácil y Diversidad, estoy más convencido que nunca de una cosa: la transformación digital no es solo una herramienta de eficiencia, sino una oportunidad de impacto. 

Y no, no hace falta ser una gran multinacional para aprovecharla. Las pequeñas y medianas empresas tienen hoy más recursos, accesibles y potentes, que nunca. El reto ya no es la tecnología. El reto es la visión.  

Estos son algunos de mis aprendizajes entorno a la digitalización:

1. Digitalizar no es solo tener una web bonita 

La transformación digital comienza en la mentalidad, no en el diseño. Muchas pymes se centran en renovar su página web o abrir redes sociales, pensando que eso es «modernizarse». Pero lo esencial está detrás: automatizar procesos, integrar datos, facilitar la comunicación interna y, sobre todo, mejorar la experiencia del cliente. 

En Vivofácil, por ejemplo, utilizamos herramientas digitales para coordinar miles de servicios de asistencia personalizada en tiempo real. Esto ayuda a nuestros clientes a recibir sus servicios de forma más rápida y eficaz. 

2. La tecnología debe adaptarse a las personas, no al revés 

Uno de los errores más comunes es implantar sistemas complejos que el equipo no entiende ni quiere usar. La clave está en escuchar a quienes van a usar esas herramientas a diario. ¿Qué les facilita el trabajo? ¿Qué les resta energía? 

En nuestras fundaciones, por ejemplo, utilizamos plataformas accesibles para gestionar programas de voluntariado o recibir alertas de personas en situación de soledad.  

3. Automatizar te permite ser más humano 

Puede sonar contradictorio, pero es real. Cuando liberas tiempo de tareas repetitivas, puedes dedicar más recursos a lo verdaderamente importante: hablar con un cliente, atender a un usuario, cuidar a tu equipo. 

4. La inteligencia artificial no es cosa del futuro, es del presente 

Muchas pymes aún ven la IA como algo lejano o reservado a grandes empresas. Pero hay herramientas asequibles —incluso gratuitas— que pueden ayudarte a redactar contenidos, responder correos, analizar patrones de comportamiento de tus clientes o mejorar la atención al público. 

Lo que marca la diferencia no es tener una IA, sino usarla con un propósito claro y ético.  

5. Digitalizar con impacto es posible (y necesario) 

No podemos olvidar que la transformación digital también puede generar brechas si no se hace con mirada social. En Vivofácil trabajamos con personas mayores, muchas de ellas alejadas del mundo digital. ¿Qué sentido tendría digitalizar todos nuestros procesos si eso las deja fuera? 

Por eso hemos creado modelos híbridos: digitales por dentro, humanos por fuera. Tecnología de última generación combinada con atención personalizada, telefónica o presencial, según lo necesite cada persona. Eso es, para mí, digitalizar con impacto. 

CELEBRAR LA DIVERSIDAD ES CELEBRAR LA VIDA

La semana pasada viví un momento verdaderamente especial.

Tuve el honor de participar en el evento oficial del Mes Europeo de la Diversidad en España, organizado por la Comisión Europea, la Representación de la Comisión en España y Fundación Diversidad —una fundación que tuve el privilegio de fundar hace ya algunos años, y que sigue latiendo con fuerza gracias al trabajo de muchas personas comprometidas.

Esta vez, el escenario fue la Universidad Europea de Madrid, un lugar que representa el futuro, el aprendizaje y el impulso de nuevas generaciones. Y, sinceramente, pocas cosas me conmueven más que ver cómo los valores de la diversidad y la inclusión encuentran terreno fértil entre los jóvenes.

Desde que llegué al campus, sentí una energía distinta.  Estudiantes, profesores, empresas, instituciones… todos reunidos por un mismo motivo: celebrar la diversidad, visibilizarla, abrazarla y reafirmar nuestro compromiso con ella.

Para mí, hablar de diversidad nunca ha sido solo un discurso. Es una vivencia personal, empresarial y social. Porque la diversidad no es una meta que se alcanza y ya está: es una actitud constante, una forma de mirar al otro y reconocer en él o en ella una riqueza infinita.

Durante el evento, compartí reflexiones junto a personas increíbles como Carla Ruiz, directora de RRHH para Astrazeneca. Emma Macías, Head of HR comercial en España, Grecia y Portugal para Diageo. Juan José Muriel CEO de Vivofácil. Teresa Viejo, presidenta de la Fundación Diversidad. Que también están transformando sus entornos: líderes que desde sus empresas impulsan culturas inclusivas, estudiantes que alzan la voz por la igualdad, y representantes institucionales comprometidos con políticas reales de cambio.

Me sentí profundamente agradecido, pero también emocionado. Porque vi que no estamos solos. Que la semilla que se plantó hace años sigue creciendo. Y que la diversidad —en todas sus formas: cultural, generacional, de género, funcional, de orientación, de pensamiento— ya no es solo un valor añadido, es una necesidad urgente para construir empresas más humanas y sociedades más justas.

Quizá lo más poderoso del evento fue ver a tantos jóvenes participar, preguntar, escuchar y sumar. Ellos son la generación del cambio. Y saber que tienen tan interiorizada la importancia de la inclusión me da esperanza.

Les hablé desde la experiencia, sí. Pero también desde la emoción. Les dije que construir una sociedad más diversa empieza por uno mismo, por mirar hacia adentro y preguntarse: ¿estoy siendo justo? ¿estoy siendo valiente? ¿estoy sumando o excluyendo?

Gracias a todas las personas que hicieron posible este evento. A la Comisión Europea, a Fundación Diversidad, a las empresas firmantes del Charter Europeo de la Diversidad y sobre todo, a los que creen que podemos hacer las cosas de otra manera.

Porque sí, celebrar la diversidad es celebrar la vida.
Y yo no puedo, ni quiero, dejar de celebrarla.

UNA NOCHE CON JORGE GALINDO EN LA GALERÍA VETA: EL ARTE COMO EXPERIENCIA VITAL 

Recientemente he tenido el privilegio de asistir a la exposición del gran pintor Jorge Galindo en la macrogalería VETA, creada por el joven talento del arte Fernando Francés, que hace la competencia a feria de ARCO cada año. VETA es un espacio completamente disruptivo que, contra todo pronóstico, se ha convertido en uno de los epicentros del arte contemporáneo en España, al que acuden los pintores más reputaros del mundo. 

La exposición de Galindo que es un estallido de color, movimiento y energía. La inmensidad de los cuadros, su vibración cromática y el contraste con el fondo blanco de esas inmensas paredes sobre el que reposaban, creaban un auténtico espectáculo visual y emocional. Imposible no sentirse cautivado por la fuerza de cada obra, que parecía hablarnos en silencio. Todo un privilegio para los sentidos. Nunca he sido un experto en arte, pero reconozco que estas ocasiones me estimulan a conocer más, a descubrir a los artistas y sus diversas personalidades.

La noche permitió una breve conversación con el propio Galindo, su familia, amigos y admiradores. Con una trayectoria impresionante —lleva exponiendo desde los 19 años en galerías de todo el mundo—, Jorge nos recordó con humildad y sabiduría que a un pintor nunca hay que pedirle que explique su obra. Cuando le preguntamos por qué empezó a pintar, su respuesta fue tan sencilla como original: “Me aburría mucho de pequeño, y desde que empecé a pintar dejé de aburrirme”. Sus frases resumen mucho de su humanidad, libre, creativa, honesta. Eso me recordaba mi infancia, yo también pintaba con 14 años mis cuadros al óleo allá por mi pueblo, Vega de Tera, escuchando la buena música de Rock de los años 70 y en compañía de mi gran amigo Cándido. Qué años aquellos, ¡que buenos recuerdos!.

Durante de la exposición disfrutamos de una cena en compañía, en la que hubo momentos simpáticos, hablando de lo divino y lo humano y también de arte, de política, de futuro. Pudimos incluso hablar de comunicación, de la importancia de  “subirse arriba”, de atreverse a mostrar lo que uno crea, lo que uno es, en el fondo. Esa valentía de exponerse al mundo, de compartir desde lo profundo, es lo que convierte al arte en una herramienta de conexión y transformación.

Pasamos una gran noche compartiendo mesa con artistas, coleccionistas, galeristas, comisarios, editores, empresarios y amantes de la cultura en general. Hablamos de libros, de cultura, de empresa, de futuro… pero, sobre todo, hablamos de vida. Porque el arte, cuando es auténtico, nos recuerda quiénes somos y nos conecta con lo mejor de nosotros mismos.

España está llena de talento, y Jorge Galindo es una muestra luminosa de ello. Gracias a espacios como VETA, ese talento tiene la oportunidad de florecer, de llegar más lejos, de conmover a más personas. De vez en cuando, la vida te regala alguna buena pincelada para saborear y agradecer. Esta ha sido una de ellas.

Gracias Jorge, gracias Fernando, gracias a todos los que hacen posible que la creatividad siga teniendo un hogar en el corazón de Madrid ¡Volveremos!

Emprender es como pedalear: Lo importante es seguir avanzando a pesar de las dificultades

El Camino de Santiago en bicicleta es una de esas experiencias que marcan para siempre. No es solo un desafío físico y mental, es una escuela de vida, una prueba de resistencia, de liderazgo y, sobre todo, de trabajo en equipo. Cada pedalada refuerza la importancia de la determinación, la estrategia y la amistad, valores fundamentales en cualquier reto que emprendamos.

Mi travesía comenzó el lunes 31 de marzo, con un objetivo claro: recorrer más de 300 kilómetros en cinco días. Desde el primer momento supe que no sería fácil, especialmente cuando se preveían fuertes lluvias y tormentas. El Camino de Santiago no es un simple paseo en bicicleta, es un reto que exige preparación, paciencia y una gran fortaleza mental. Hay etapas llanas que te permiten disfrutar del paisaje, pero también hay subidas interminables y contratiempos meteorológicos que ponen a prueba cada músculo del cuerpo y cada pensamiento en la mente. Razones para abandonar siempre se encuentran.

Hubo momentos de pura satisfacción, en los que el pedaleo se sentía ligero y el paisaje invitaba a seguir avanzando. Pero también hubo otros en los que el cansancio pesaba, la lluvia enfriaba el cuerpo y la incertidumbre hacía preguntarme si realmente llegaría hasta el final. La vida y el emprendimiento son así: comienzas con entusiasmo, pero inevitablemente llegan los momentos de duda, las dificultades inesperadas y el cansancio que te hace cuestionarlo todo. Sin embargo, si sigues avanzando, descubres que eres capaz de mucho más de lo que imaginabas.

Afortunadamente, no hice este viaje solo. Fui acompañado por un equipo maravilloso, amigos con los que compartí no solo el esfuerzo del camino, sino también conversaciones profundas, risas espontáneas y momentos que atesoraré para siempre. En cada parada, entre bocados y sorbos de agua, hablábamos de la vida, del emprendimiento, de los sueños y los retos que cada uno enfrenta. Nos recordábamos mutuamente por qué estábamos allí y por qué merecía la pena seguir pedaleando, sin importar lo difícil que fuera la etapa.

El cielo nos regaló lluvia, pero también nos brindó paisajes más espectaculares, campos verdes que parecían sacados de un cuadro, dehesas infinitas y cerdos ibéricos correteando libremente, disfrutando de su propio camino. Y nosotros, con la camiseta de VivoFácil, avanzábamos juntos, entre el cansancio y la satisfacción, con la certeza de que cada kilómetro recorrido nos hacía más fuertes.

Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que el Camino de Santiago es el reflejo perfecto de lo que significa emprender. Al principio, subes a la bicicleta con una idea, con un sueño que parece enorme. No tienes claro todo el recorrido, a veces te sientes perdido, te preguntas si vas en la dirección correcta. Hay días en los que fluyes y todo parece encajar, pero también hay momentos en los que el viento sopla en contra y cada pedalada se siente como una batalla.

Pero al final, lo importante no es la velocidad con la que avanzas, sino la determinación de no rendirte. Es confiar en el proceso, en el equipo que te acompaña, en la capacidad de adaptación y en la fuerza interior que te impulsa a seguir. Un día tuve que parar, el dolor en la ingle no me dejaba pedalear, pero bastó un poco de descanso para continuar al día siguiente aún con más fuerza y determinación.

Hoy, después de recorrer más de 300 kilómetros, tengo aún más claro que lo que parece imposible se supera paso a paso, kilómetro a kilómetro, decisión a decisión. Y así, en la bicicleta, en los negocios y en la vida, lo único que realmente importa es no dejar de pedalear, da igual cuanto se avance cada día. Paso a paso siempre se llega.

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