Si te dieran a elegir entre obtener un mismo resultado invirtiendo una determinada cantidad de esfuerzo, o ese mismo esfuerzo multiplicado por cinco, ¿qué elegirías? Pues esa es la diferencia entre reactivar clientes que han optado ya por nuestros productos o servicios y atraer clientes nuevos. En su momento les atendimos bien, les dimos lo que necesitaban y colmamos o (con suerte) superamos sus expectativas. Pero ¿hemos logrado generar la conexión emocional necesaria para convertirnos en su primera opción para compras futuras o recomendaciones? ¿De qué depende esta capacidad de reactivación, y cómo se relaciona con la fidelización?
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