
El pasado 21 de febrero, proyectamos en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) el documental “La sociedad de la soledad”. Acudimos a este lugar tan especial, la casa de los empresarios, para un visionado destinado al sector empresarial.
Acompañado por los directivos de la Fundación Vivofácil, Cipri Quintas, Mar y por el equipo ejecutivo del documental, Mercedes Pescador, guionista y coordinadora, y Rodolfo Montero, su director, galardonado con dos Goyas, proyectamos ante los presentes y abrimos el debate sobre el papel de la soledad en las organizaciones. Entre los mensajes de fondo destacaron estos: El nivel de absentismo crece en todos los sectores y el factor soledad tiene mucho que ver en ello. Este sentimiento puede provocar el abandono del trabajo y esto convierte la soledad no solo en un problema social, sino empresarial y de competitividad. Si desde las empresas no abordamos este tema, tendremos un problema a nivel de resultados.
Las personas, el motor de la empresa
Ideamos proyectos, trazamos planes, nos esforzamos en nuestra empresa, pero si los trabajadores no se sienten cómodos y felices, nada funcionará. Y es que las personas felices lo son porque cuentan con un entorno que las acompaña y ayuda. Trasladado esto a las organizaciones, cuanto más feliz consigamos que se sienta el empleado, más tiempo permanecerá con nosotros.
Es por ello por lo que consideramos a las personas como el motor de la empresa. Como tal, debemos prestar la atención necesaria a cada una de ellas. Si su energía y motivación disminuye, se vuelven menos productivas y el equipo pierde cohesión.
El documental impactó a los asistentes a la proyección, que afirmaron ver en él reflejada fielmente la realidad de la soledad en la sociedad actual. Tras su visionado, abrimos el espacio para el debate, donde planteamos varios interrogantes sobre cómo consideraba el público que la soledad afectaba a la empresa y cómo las organizaciones pueden trabajar en este tema.
El primer interrogante era de respuesta sencilla, “sí” o “no”, pero se requería de cierta valentía para responderlo: ¿los asistentes habían experimentado la soledad en su trabajo? Varios afirmaron abiertamente. Algunos eran empresarios, otros trabajadores, y es que la soledad no entiende de rangos. Algunas personas padecen la soledad física, su forma más evidente, pero otros se sienten desconectados, aislados o sin apoyo. En las empresas, situaciones como estas se repiten a diario.
Son estas situaciones las que provocan que la soledad obstaculice la productividad. Como decíamos antes, si la persona no es feliz, no funciona en el trabajo. Por ello, las empresas deben atacar la problemática de la soledad. Uno de los asistentes respondió a cómo hacerlo: las organizaciones deben hacer lo que siempre hacen para mejorar, esto es, invertir.
Debemos invertir en soledad. Invertir en el tiempo dedicado a nuestros empleados, en atención y preocupación por ellos, un simple “qué bien lo has hecho” aunque no sea perfecto, y ofrecerles espacios para el trabajo en soledad y en colectividad, ya que dependiendo de la tarea a desempeñar uno necesita estar solo a veces, pero siempre en un equilibrio entre la soledad y la compañía.
Estrategias contra la soledad
Todo este trabajo creará organizaciones más fuertes y resilientes. Así, trabajar la soledad desde las empresas se convierte en una necesidad estratégica y comprender que erradicar la soledad es su responsabilidad, las hará más competitivas. Cuando el empresario reconoce el bienestar emocional como una prioridad, debe implementar estrategias para combatir la soledad, como una comunicación fluida y bidireccional, una retroalimentación positiva con el reconocimiento de logros, fomentar el trabajo en equipo o sumar políticas de inclusión y pertenencia.
La parte buena de esta situación tan compleja es que las organizaciones cuentan con las capacidades, medios, necesidad y fuerza para combatir la soledad. El clima de confianza que cree la empresa provocará efectos positivos tanto individuales como colectivos y, al conectarse el bienestar con la competitividad económica, el negocio marchará.
Desde las organizaciones, tenemos la obligación y el deber de atacar la soledad, y trabajaremos para lograrlo.
Hemos trabajado muy intensamente con la ayuda de la agencia de comunicación y editorial Medialuna en la creación técnica de este documental. Lo hemos con el fin de generar debate social. El cine es una de herramientas de comunicación poderosas para influir en la humanidad. Espero que os guste la película. Tenemos también prevista su proyección en el Congreso de los Diputados el próximo 3 de marzo.