La soledad como desafío colectivo

El pasado 14 de enero, en el emblemático Palau de Congressos de Palma, tuvimos la oportunidad de dar un paso importante hacia un cambio necesario: enfrentarnos, como sociedad, a la soledad no deseada. Allí presentamos por segunda vez el documental “La sociedad de la soledad”, una obra que trasciende lo cinematográfico para convertirse en un espejo de nuestra realidad y una invitación al cambio.

Como fundador de Fundación Vivofácil, siempre he creído que abordar los problemas más complejos requiere no solo acción, sino también reflexión. Este documental, dirigido por el cineasta Rodolfo Montero, plasma la magnitud de la soledad como la “epidemia del siglo XXI”. Con su sensibilidad nos recuerda algo fundamental: detrás de cada dato estadístico hay vidas reales, historias que claman por conexión y empatía.

La soledad: un desafío que nos une

Según un estudio de nuestra Fundación, el 60% de la población en España asegura haberse sentido sola en algún momento. Pero ¿qué significa realmente la soledad? No se trata únicamente de la ausencia de compañía; es el vacío de una red humana que sostenga, impulse y valore.

La soledad no deseada afecta tanto a quienes viven en grandes ciudades como a quienes permanecen en zonas rurales. Es transversal, no discrimina, pero se intensifica en las personas mayores y en aquellos que enfrentan barreras invisibles para integrarse plenamente en la sociedad.

En La sociedad de la soledad, Rodolfo Montero, con dos premios Goya en su trayectoria, nos lleva a través de ocho relatos que representan diversas facetas de esta realidad. Su cine social, acompañado del guion de Mercedes Pescador y la música de Mario de Benito, nos invita a replantear nuestras prioridades como sociedad y a entender que nadie debería enfrentarse solo a sus días más difíciles.

El rol de las empresas y las instituciones

Creo firmemente que el tejido empresarial tiene un papel crucial en abordar estos desafíos. Las empresas son comunidades humanas capaces de generar un impacto profundo en la vida de las personas. En Vivofácil, trabajamos desde esta convicción, poniendo a las personas en el centro de cada decisión. Proyectos como “Ilumina una vida”, que busca combatir la soledad desde un enfoque cercano y humano, son un ejemplo de cómo el esfuerzo conjunto puede marcar la diferencia.

El estreno de este documental es una continuación de este compromiso. No es solo una obra para observar; es una experiencia para reflexionar y actuar. Cada espectador, espero, se habrá llevado consigo preguntas importantes: ¿Cómo estoy contribuyendo a la conexión con los demás? ¿Qué puedo hacer, desde mi ámbito personal o profesional, para tender una mano a quienes la necesitan?

Más allá de una proyección

La jornada en Mallorca fue un espacio para dialogar, para compartir ideas y para comprometernos. La cena solidaria que cerró el evento simbolizó la esencia de esta iniciativa: la construcción de redes humanas que nos permitan cuidarnos mutuamente, un gesto que siempre trasciende la simbología y se convierte en acción concreta.

Este acto en Mallorca es solo el comienzo. Desde Fundación Vivofácil, tenemos la intención de llevar “La sociedad de la soledad” a más localidades, porque sabemos que el cambio empieza con el reconocimiento y la sensibilización.

Es inevitable pensar en lo paradójico de nuestra época: vivimos en una era de hiperconexión tecnológica, pero los vínculos humanos parecen debilitarse. La soledad no deseada no es un problema que podamos ignorar o relegar; es un llamado urgente a fortalecer nuestras comunidades y nuestros valores.

Cuidar de los demás no es una carga, es una oportunidad. Es una forma de transformar nuestras vidas y nuestro entorno, de generar un impacto que trascienda generaciones. La soledad no deseada es un desafío colectivo que requiere respuestas colectivas: desde las instituciones, las empresas, las familias y cada uno de nosotros.

Quiero agradecer profundamente a quienes han hecho posible este proyecto. A Rodolfo Montero, cuya sensibilidad y compromiso se reflejan en cada imagen; a Mercedes Pescador, por un guion que logra conectar lo íntimo con lo universal; y a Mario de Benito, por una banda sonora que eleva el mensaje del documental.

Gracias también a nuestros aliados en esta jornada: Meliá Hotels International, el Palau de Congressos de Palma, AICO, Brandy Fundador y Vivofácil, por su apoyo y confianza en esta iniciativa.

Pero, sobre todo, gracias a quienes asistieron y reflexionaron con nosotros. Este es un viaje que apenas comienza, y estoy convencido de que juntos podemos construir una sociedad donde nadie tenga que enfrentar sus días más oscuros en soledad.

La soledad no deseada es un espejo de nuestras carencias como sociedad. Reconocerla y actuar frente a ella es una forma de definir quiénes somos y qué valores queremos legar a las próximas generaciones. Mallorca ha sido el punto de partida de algo más grande. Continuemos el camino con la certeza de que, unidos, podemos transformar vidas y construir un futuro más humano y conectado.

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