Cuando fundé mi primera empresa, Alta Gestión, allá por 1985, lo digital ni siquiera era una opción. Nos comunicábamos por fax y las bases de datos se archivaban en carpetas físicas. Desde entonces, he tenido la oportunidad de vivir —y liderar— varias transformaciones tecnológicas. Hoy, al frente de Vivofácil y de las fundaciones Vivofácil y Diversidad, estoy más convencido que nunca de una cosa: la transformación digital no es solo una herramienta de eficiencia, sino una oportunidad de impacto.
Y no, no hace falta ser una gran multinacional para aprovecharla. Las pequeñas y medianas empresas tienen hoy más recursos, accesibles y potentes, que nunca. El reto ya no es la tecnología. El reto es la visión.
Estos son algunos de mis aprendizajes entorno a la digitalización:
1. Digitalizar no es solo tener una web bonita
La transformación digital comienza en la mentalidad, no en el diseño. Muchas pymes se centran en renovar su página web o abrir redes sociales, pensando que eso es «modernizarse». Pero lo esencial está detrás: automatizar procesos, integrar datos, facilitar la comunicación interna y, sobre todo, mejorar la experiencia del cliente.
En Vivofácil, por ejemplo, utilizamos herramientas digitales para coordinar miles de servicios de asistencia personalizada en tiempo real. Esto ayuda a nuestros clientes a recibir sus servicios de forma más rápida y eficaz.


2. La tecnología debe adaptarse a las personas, no al revés
Uno de los errores más comunes es implantar sistemas complejos que el equipo no entiende ni quiere usar. La clave está en escuchar a quienes van a usar esas herramientas a diario. ¿Qué les facilita el trabajo? ¿Qué les resta energía?
En nuestras fundaciones, por ejemplo, utilizamos plataformas accesibles para gestionar programas de voluntariado o recibir alertas de personas en situación de soledad.
3. Automatizar te permite ser más humano
Puede sonar contradictorio, pero es real. Cuando liberas tiempo de tareas repetitivas, puedes dedicar más recursos a lo verdaderamente importante: hablar con un cliente, atender a un usuario, cuidar a tu equipo.


4. La inteligencia artificial no es cosa del futuro, es del presente
Muchas pymes aún ven la IA como algo lejano o reservado a grandes empresas. Pero hay herramientas asequibles —incluso gratuitas— que pueden ayudarte a redactar contenidos, responder correos, analizar patrones de comportamiento de tus clientes o mejorar la atención al público.
Lo que marca la diferencia no es tener una IA, sino usarla con un propósito claro y ético.
5. Digitalizar con impacto es posible (y necesario)
No podemos olvidar que la transformación digital también puede generar brechas si no se hace con mirada social. En Vivofácil trabajamos con personas mayores, muchas de ellas alejadas del mundo digital. ¿Qué sentido tendría digitalizar todos nuestros procesos si eso las deja fuera?
Por eso hemos creado modelos híbridos: digitales por dentro, humanos por fuera. Tecnología de última generación combinada con atención personalizada, telefónica o presencial, según lo necesite cada persona. Eso es, para mí, digitalizar con impacto.
