UNA NOCHE CON JORGE GALINDO EN LA GALERÍA VETA: EL ARTE COMO EXPERIENCIA VITAL 

Recientemente he tenido el privilegio de asistir a la exposición del gran pintor Jorge Galindo en la macrogalería VETA, creada por el joven talento del arte Fernando Francés, que hace la competencia a feria de ARCO cada año. VETA es un espacio completamente disruptivo que, contra todo pronóstico, se ha convertido en uno de los epicentros del arte contemporáneo en España, al que acuden los pintores más reputaros del mundo. 

La exposición de Galindo que es un estallido de color, movimiento y energía. La inmensidad de los cuadros, su vibración cromática y el contraste con el fondo blanco de esas inmensas paredes sobre el que reposaban, creaban un auténtico espectáculo visual y emocional. Imposible no sentirse cautivado por la fuerza de cada obra, que parecía hablarnos en silencio. Todo un privilegio para los sentidos. Nunca he sido un experto en arte, pero reconozco que estas ocasiones me estimulan a conocer más, a descubrir a los artistas y sus diversas personalidades.

La noche permitió una breve conversación con el propio Galindo, su familia, amigos y admiradores. Con una trayectoria impresionante —lleva exponiendo desde los 19 años en galerías de todo el mundo—, Jorge nos recordó con humildad y sabiduría que a un pintor nunca hay que pedirle que explique su obra. Cuando le preguntamos por qué empezó a pintar, su respuesta fue tan sencilla como original: “Me aburría mucho de pequeño, y desde que empecé a pintar dejé de aburrirme”. Sus frases resumen mucho de su humanidad, libre, creativa, honesta. Eso me recordaba mi infancia, yo también pintaba con 14 años mis cuadros al óleo allá por mi pueblo, Vega de Tera, escuchando la buena música de Rock de los años 70 y en compañía de mi gran amigo Cándido. Qué años aquellos, ¡que buenos recuerdos!.

Durante de la exposición disfrutamos de una cena en compañía, en la que hubo momentos simpáticos, hablando de lo divino y lo humano y también de arte, de política, de futuro. Pudimos incluso hablar de comunicación, de la importancia de  “subirse arriba”, de atreverse a mostrar lo que uno crea, lo que uno es, en el fondo. Esa valentía de exponerse al mundo, de compartir desde lo profundo, es lo que convierte al arte en una herramienta de conexión y transformación.

Pasamos una gran noche compartiendo mesa con artistas, coleccionistas, galeristas, comisarios, editores, empresarios y amantes de la cultura en general. Hablamos de libros, de cultura, de empresa, de futuro… pero, sobre todo, hablamos de vida. Porque el arte, cuando es auténtico, nos recuerda quiénes somos y nos conecta con lo mejor de nosotros mismos.

España está llena de talento, y Jorge Galindo es una muestra luminosa de ello. Gracias a espacios como VETA, ese talento tiene la oportunidad de florecer, de llegar más lejos, de conmover a más personas. De vez en cuando, la vida te regala alguna buena pincelada para saborear y agradecer. Esta ha sido una de ellas.

Gracias Jorge, gracias Fernando, gracias a todos los que hacen posible que la creatividad siga teniendo un hogar en el corazón de Madrid ¡Volveremos!

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