Los resultados de las Elecciones Autonómicas y Locales del 2015 marcan un antes y un después en nuestro sistema democrático. La aparición con fuerza en la escena política de nuevos partidos tanto de ámbito nacional como a nivel autonómico e incluso provincial, con un nivel muy significativo de votos, marcan la madurez del electorado español. Los españoles se han desprendido del compromiso de votar a sus siglas de “toda la vida” para elegir, sin obligaciones ni caciquismos, a aquellos que más se acercan a su modo de pensar y de hacer en cada momento. Todo un salto cualitativo en la libre elección de nuestros representantes, premiando y castigando a aquellos que satisfacen sus ideales o votando a aquellas nuevas fuerzas políticas que dan respuesta a sus actuales inquietudes. Por primera vez en la historia de nuestra democracia la diversidad de políticos elegidos, a través de la voluntad e ideales de sus votantes, tienen el compromiso de gobernar y de llegar a acuerdos serios y comprometidos con el resto de las fuerzas políticas, respetando la voluntad popular a través del número de votos dados a cada fuerza. Porque esa es la base de un sistema democrático serio y solvente.
Asumamos la responsabilidad de dar el Gobierno a la fuerza más votada
Todo sistema político tiene imperfecciones. En el nuestro una de ellas es que no es imprescindible que la fuerza más votada finalmente sea la que asuma la responsabilidad de gobernar, llegando posteriormente a acuerdos con el resto de fuerzas presentes para cada tema o propuesta de gobernanza que presente en el día a día. Esta imperfección debería solucionarse, si la legislación electoral española así lo obligara, con una segunda vuelta para los dos partidos más votados, para que finalmente el partido con más votos fuese el que gobernase. Ante la ausencia de esta obligación, la perfección de esta regeneración democrática vendría por respetar al partido más votado para que gobernase. Lamentablemente esto no es lo que en estos días de finales de mayo del 2015 estamos escuchando, más bien todo lo contrario. Las fuerzas elegidas por minorías se unen con otras de igual característica para, juntos, eliminar la capacidad de gobierno a la fuerza que le correspondería gobernar por ser la votada por un mayor número de ciudadanos. Y es esto precisamente la asignatura pendiente para nuestros políticos, asumir la responsabilidad de permitir gobernar al que los ciudadanos por mayor número de votos han elegido y hacer una oposición seria y responsable, conforme a sus ideales, en el día a día, llegando a los mejores acuerdos que permitan la gobernanza para el bien de todos los ciudadanos.
La Diversidad de formas de pensar y de hacer es la gran riqueza de nuestra Democracia y de nuestra Sociedad
La diversidad de opiniones y formas de pensar es la gran riqueza de nuestro sistema democrático. No todos estamos de acuerdo en los planteamientos de muchas de las propuestas presentadas en las elecciones que acaban de concluir, pero precisamente un sistema democrático serio y maduro obliga a asumirlo y, con las propuestas desde la oposición, llevar adelante constructivamente un plan de gobierno que facilite el desarrollo y bienestar de todos los ciudadanos, independientemente de sus forma de pensar, origen, religión, cultura, lugar de residencia o nivel económico.
Madurez y responsabilidad para todos nuestros políticos
Ojalá este inicio de regeneración democrática, resultado de la forma de actuar consciente y madura de todos los votantes, sea respondido por nuestros políticos con igual madurez, responsabilidad y credibilidad que lo han hecho los votantes al elegir libremente a quienes le van a representar conforme a sus ideales, creencias y deseos. Consolidemos esta forma de actuar, demos respuesta seria y responsable a la sociedad apoyando a la fuerza más votada en cada municipio o comunidad autónoma y hagamos una oposición seria y responsable en cada propuesta del día a día realizada por el que le toca gobernar o escuchando seriamente a aquellos que hacen oposición. Es en el día a día donde cada fuerza política debe defender sus ideales y programa electoral; no es ahora, en la formación de gobierno, donde sumando los votos de las minorías se pueda usurpar la capacidad de gobernar a la fuerza política con mayor número de votos otorgada por los electores.
Aprovechemos la oportunidad como un ejemplo para el futuro
Estas elecciones han sido todo un éxito de voluntad ciudadana, el inicio de una auténtica regeneración democrática. Aprovechémoslo y hagamos que ello se consolide. De la forma de gobernar, llegar a acuerdos o hacer oposición dependerán los resultados en las elecciones futuras de quienes nos gobernaran. Tan irresponsables son los que con deseo de poder piden el apoyo cuando no han sido la fuerza más votada como aquellos que apoyan a fuerzas que no han obtenido dicha mayoría de votos. Aprovechemos la oportunidad y hagamos que los resultados de estas elecciones autonómicas y locales del 2015 sean un ejemplo, el inicio de una auténtica regeneración democrática.