La semana pasada estuve en la firma del Manifiesto por la Conciliación. Nos dimos cita empresas, instituciones, profesionales que tenemos algo en común. Creemos. Creemos en lo mismo. En la necesidad de que haya servicios a disposición de todas las personas que les ayuden a conciliar.
Necesitamos bajar a lo terrenal este concepto. Que deje de ser papel mojado. Y que la Administración Pública nos ayude.
Ya conocéis mi empresa. En Alares nos dedicamos desde hace más de 20 años a cuidar de las personas y sus familias, gracias a la disposición de servicios que les permiten dar respuesta a las necesidades de su día a día.
Nuestra plantilla está integrada por 430 personas, de las cuales, un 48 % tienen algún tipo de discapacidad. Un 63 % del total de nuestra plantilla son mujeres, un 37 % hombres y nuestro comité de dirección está formado por un 67 % de mujeres.
Nuestros trabajadores/as disponen de servicios asistenciales que les permiten conciliar su vida laboral y personal, así como ahorrar tiempo y dinero. Apostamos por la flexibilidad horaria, dotando a nuestros empleados de herramientas que les permiten cumplir sus objetivos.
Contamos con diferentes turnos de trabajo, horarios flexibles, disponibilidad de todos los puentes libres, sin que estos cuenten como días de vacaciones…Nos adaptamos a las necesidades de cada trabajador/a. No es lo mismo lo que demanda una persona de 25 años soltera y sin hijos, que una madre de 50 años con 3 hijos, o un hombre de 40 años, soltero, con hijos y que además cuida de sus padres.
En este sentido, gracias a esta gestión de la diversidad de nuestra plantilla, que tiene necesidades y situaciones diferentes, podemos desarrollar productos y servicios innovadores que dan respuesta a las necesidades de nuestra sociedad diversa, empezando por las de nuestra propia nuestra plantilla, y siguiendo por las empresas ofrecen a sus clientes y trabajadores.
Esta disponibilidad de servicios necesarios para poder conciliar la vida personal y laboral van desde un gestor personal que se encarga de las gestiones del día a día, hasta el control y asistencia a las personas en situación de riesgo, cuidados y asistencia a las personas dependientes en su domicilio u hospital, o resolución consultas médicas, legales…, que le puedan surgir a una persona en su día a día y que en muchas ocasiones, sino disponen de estos servicios, utilizan su jornada laboral para ver cubiertas estas necesidades, lo que no solo dificulta la conciliación de la vida laboral con la vida personal, sino que también trae efectos negativos para la empresa como un mayor absentismo y una menor productividad.
En este sentido, trabajamos con diferentes empresas que tienen nuestros servicios, pero detectamos que muchas, lejos de verlo como la inversión que es con un claro retorno inmediato, lo ven como un coste que en muchas ocasiones, aunque es muy pequeño, no pueden asumir.
Por ello, para llegar a esa conciliación real y efectiva, es necesario que se introduzcan incentivos concretos y tangibles a través de deducciones fiscales que vayan entre el 50 % y el 100 % de la cuota total a pagar a hacienda. Es necesario que nuestros partidos tomen conciencia que la conciliación y la disponibilidad de servicios que la permitan, no es una obligación para la empresa, sino que es una problemática social y que es el propio Gobierno quien debe intervenir.
Con ello, llegaríamos a la igualdad de oportunidades y a ansiada conciliación que todos perseguimos, y que sin estos incentivos, es muy difícil, porque ahora no hay ningún beneficio para las empresas que apuestan por ello.
Nosotros, desde Alares, creemos que cualquier empresa debe y puede contribuir desde su esfera y, aunque muchas empresas de nuestro país lo hacen ya, insisto en que es necesario que se creen beneficios para las empresas.
Nuestro compromiso se materializa de tal modo que el 10 % de la facturación de todas las compras que se hacen a Alares se destina a la creación de empleo directo de personas con discapacidad, y el otro 10 % a la creación de proyectos sociales y desarrollo de autoempleo para personas que se encuentran en riesgo de exclusión social, a través de nuestras fundaciones.
Es nuestro granito de arena y gracias al diseño ad hoc de planes a medida para cada organización nos acercamos un poquito más a que nuestra Sociedad pueda conciliar. Concluyo como empecé. Las empresas necesitamos ayuda de la Administración Pública. Al final todos tenemos que remar del mismo barco y en el mismo sentido. Sino el barco no avanza.